La
inexistencia de Dios es tan evidente que puede catalogarse como una verdad
irrefutable. En vez de vanagloriar el "cogito, ergo sum" de René
Descartes, nuestra razón nos dice: "sum, ergo cogito". Sin embargo,
para explicar tal verdad a los incrédulos, a los indecisos, y a los Hermanos
Ignorantinos, es necesario dar cabida al supuesto de Dios: la aseidad es la
supuesta cualidad de Dios según la cual existe por sí mismo. Veamos. Debemos
situarnos en el supuesto instante anterior a la existencia del Universo,
debemos situarnos en el instante en que sólo existía la nada. Dios, entonces,
supuestamente comenzó a existir por sí mismo, y luego creó todo el Universo.
Pero, la eternidad, es la supuesta cualidad de Dios según la cual él no tiene
comienzo ni fin, por tanto, es imposible que Dios haya comenzado a existir. No
obstante, podemos deducir que tal vez Dios se creó a sí mismo, y eso
justificaría la aseidad. Pero, supuestamente Dios es único, cualidad según la
cual Dios es sólo uno, es decir, es imposible que Dios se haya creado a sí
mismo porque requería entonces existir con anterioridad para poder crearse, es
imposible que Dios haya existido con anterioridad para poder crearse a sí
mismo, puesto que tendrían que haber existido dos Dioses: Dios no pudo haber existido
dos veces para tener con anterioridad a su existencia la cualidad de Dios para
así haber podido crearse a sí mismo. Pero, la omnipotencia, es la supuesta
cualidad de Dios según la cual él todo lo puede, no obstante, para poder
existir por sí mismo, es decir, para poder crearse a sí mismo con su
omnipotencia, debió existir con anterioridad para usar su cualidad de Dios
omnipotente, pero, como ya sabemos, Dios no puede existir dos veces. Según
esto, podemos entender entonces, que el argumento de la supuesta existencia de
Dios es el siguiente: Dios no tiene comienzo ni fin pero comenzó a existir
desde que él se creó aunque no puede haberse creado a sí mismo sin antes haber
existido para poder tener la cualidad omnipotente de Dios, que no pudo haber
tenido porque Dios no puede existir con anterioridad a su propia existencia.
Por estas y otras razones podemos decir que todas las religiones son una farsa,
porque la inexistencia de Dios es un axioma que deja al descubierto que la
mejor novela de ciencia-ficción que se ha escrito es la Biblia.
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